jueves, 7 de octubre de 2010

Uy, que te subieron los vapores
ahora que pegaste un pial debute,
ahora que la runfla te echa flores
porque en cada guay se juega un tute,

que le carcajeás al cementerio
porque los cafiyos no se mueren
y ni un vino cruel te pone serio
cuando te acordás de quién te quiere.

Qué te voy a hablar a vos,
el gran número dos de los misales,
si tenés tres naipes que te envidiaría Dios
y te tiran señas los rivales.
Garpame el corazón
que todo vale y vos tenés razón.
Te vendo el corazón.

Ya sabés de más la que te espera:
la del viejo aquel del Acquaforte,
de rejita inglesa en las afueras
y bulín franchute en Barrio Norte.

No te calentés por el remito.
Dame dos marrones por el cuore.
Yo ya estoy al fondo del cuartito;
un poroto más para tu escore.

Qué te voy a hablar a vos,
el gran número dos de los misales,
si tenés tres naipes que te envidiaría Dios
y te tiran señas los rivales.
Garpame el corazón
que todo vale y vos tenés razón.
Te vendo el corazón.